Vinicunca, también conocida como la Montaña de los Siete Colores, se encuentra aproximadamente a 60 millas al SE de la ciudad de Cusco, y la elevación del sendero a lo largo de la cresta de la montaña es de aproximadamente 16,000 pies. Intente visitar en un día soleado cuando los colores reflejados sean más brillantes. Esto será de junio a agosto cuando los cielos estén más despejados y la lluvia / nieve sea más baja. Las temperaturas oscilarán entre los 45 F por la tarde y muy por debajo, del punto de congelación por la noche. Aproximadamente entre 1000 y 2000 turistas visitan cada día, un excursionista frecuente podría escalar el sendero en menos de un par de horas, mientras que un turista aficionado debería hacerlo en una hora extra.y el gobierno peruano puede decidir limitar el número permitido para visitar, como lo ha hecho en Machu Picchu. No es tan agotador como caminar por el Cañón del Colca (cerca de Arequipa), pero la altitud es el mayor desafío.
La Montaña Arcoíris o Vinicunca es una montaña cerca de Cusco en Perú.En cuanto a la ciencia detrás de los muchos colores que adornan la cordillera, Trevor Nace, en su artículo titulado Bienvenidos a las Increíbles Montañas Arcoíris del Perú, afirma que “Los Andes son una cadena montañosa increíblemente compleja que se extiende a lo largo del borde occidental del continente sudamericano. La subducción de la placa de Nazca debajo de la placa de América del Sur inició la construcción de montañas y la elevación de la cordillera. Esto produjo un vulcanismo significativo y la introducción de una mineralogía rara y variada en la Cordillera de los Andes ”.
La Montaña Arcoíris, también conocida como Montaña Vinicunca o Montaña de Colores, se eleva a una altura colosal de 5.200 metros. A una distancia de 100 Km que implica un viaje de 3 horas, el cruce más cercano para planificar la logística y comenzar un viaje para llegar a la cima es la ciudad de Cusco. Desde su descubrimiento, las excursiones de un día desde Cusco a la montaña Vinicunca se han vuelto mundialmente reconocidas ya que el valor turístico del pintoresco pico se ha elevado más allá de sus alturas físicas.
Hablando de alturas, por muy altas que sean, el camino que conduce a la cima no es muy inclinado en la mayor parte de la distancia. La pendiente asegura un ascenso gradual hasta la subida final de menos de un tercio de kilómetro, que es más empinada en comparación con el resto del camino. Un excursionista frecuente podría escalar el sendero en menos de un par de horas, mientras que un turista aficionado debería hacerlo en una hora extra.
Acostumbrarse a la altura es otro factor crucial que debe abordarse con el mayor respeto. De lo contrario, a más de 17.000 pies sobre el nivel del mar, siempre existe el peligro de sufrir una falta de oxígeno y un mal de altura que sin duda arruinará la alegría de todo el viaje.